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Foto del escritorRed de Salud Mental Argentina

Guía Completa para una Supervisión Psicológica Efectiva: Desde Evaluación hasta Intervención

La supervisión psicológica es una herramienta fundamental en el desarrollo profesional de los terapeutas, permitiéndoles mejorar sus habilidades clínicas, abordar desafíos complejos en el tratamiento de los pacientes y garantizar una práctica ética y efectiva. En esta guía, exploraremos paso a paso cómo llevar a cabo una supervisión, utilizando el material proporcionado como referencia para cada etapa.


Te vamos a proponer dos guías, una para las supervisiones psicoanalíticas y otra para aquellas cognitivas conductual.



Psicoanálisis

Información que no puede faltarte para presentar un caso a supervisión:

  • Origen del paciente: Describir cómo llegó el paciente a su consulta. ¿Fue referido por otro profesional, es un caso de atención primaria o de un hospital, o se acercó de manera independiente?

  • Información personal: Incluir datos como el nombre del paciente (si es necesario, utilice un seudónimo para proteger su identidad), edad, ocupación, nivel educativo y otros detalles que considere relevantes.

  • Motivo de consulta: Explique por qué el paciente buscó ayuda profesional. ¿Cuáles son los síntomas o preocupaciones principales que lo llevaron a su consulta? No olvidar que en psicoanálisis distinguimos el motivo de consulta consciente del latente. Si logras ubicarlo en el paciente podes presentar una hipótesis del último.

  • Tratamientos previos: Si el paciente ha recibido tratamientos antes, es fundamental recopilar información sobre cuándo ocurrieron, cómo fueron, y por qué terminaron. Esto puede proporcionar contexto sobre la evolución del problema y las intervenciones previas.

  • Historia personal: Recopile detalles sobre la infancia, adolescencia y juventud del paciente. También indague sobre experiencias traumáticas o significativas que hayan podido influir en su bienestar actual.

  • Historia familiar: Proporcione información sobre la composición familiar y cualquier dato relevante sobre la historia familiar que pueda tener implicaciones para la situación del paciente.

  • Es recomendable incluir fragmentos textuales de entrevistas o sesiones terapéuticas que permitan escuchar al paciente. Esto ayuda a entender mejor su experiencia y a identificar posibles elementos inconscientes que contribuyen a su problemática.



Cognitivo - Conductual

  1. Datos Sociodemográficos: Comenzamos recolectando información sobre el paciente, incluyendo su nombre, edad, género, estudios, ocupación y contexto socioafectivo. Esta información nos sirve de referencia para comprender el trasfondo del individuo y cómo podría influir en su presentación clínica.


2. Evaluación Inicial: Utilizamos una variedad de herramientas de evaluación, como entrevistas estructuradas y cuestionarios, para recopilar información sobre los problemas del paciente, sus mecanismos cognitivos, conductuales y emocionales, así como su diagnóstico presuntivo. Esta evaluación inicial nos proporciona una base sólida para la supervisión y el desarrollo del plan de tratamiento. Aquí vamos a mencionar cuales utilizamos para basar nuestro diagnostico.


3. Motivo de Consulta y Lista de Problemas: Identificamos los motivos por los cuales el paciente busca ayuda y enumeramos los problemas específicos que enfrenta, como los síntomas de ansiedad, estrés postraumático y dificultades en las relaciones interpersonales. Estos puntos nos guían hacia las áreas prioritarias de intervención.


4. Diagnóstico Presuntivo: Basándonos en la evaluación inicial, clasificamos los problemas del paciente según los criterios diagnósticos establecidos, lo que nos permite tener una comprensión clara de su condición y orientar el plan de tratamiento. Utilizamos esta clasificación como referencia para dirigir nuestras intervenciones terapéuticas. Tomar como referencia el DSM para mencionarlo.


5. Conceptualización del Caso: Profundizamos en las raíces de los problemas del paciente, explorando sus experiencias pasadas, mecanismos de afrontamiento y desencadenantes actuales. Esto nos ayuda a formular un enfoque terapéutico personalizado y centrado en las necesidades del paciente. La conceptualización del caso nos brinda un marco teórico para entender la complejidad de la presentación clínica del paciente.


6. Plan de Tratamiento: Desarrollamos un plan detallado para abordar los problemas del paciente, que puede incluir intervenciones cognitivo-conductuales, psicofarmacológicas y terapias específicas para trastornos como el trastorno de pánico y agorafobia. Utilizamos este plan como hoja de ruta para guiar nuestras intervenciones y evaluar el progreso del paciente a lo largo del tiempo.


7. Intervenciones Específicas: Implementamos estrategias terapéuticas específicas, como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual y la terapia de procesamiento cognitivo, adaptadas a las necesidades del paciente y con el objetivo de mejorar su funcionamiento diario y su bienestar emocional. Utilizamos estas intervenciones como herramientas prácticas para ayudar al paciente a alcanzar sus objetivos terapéuticos.


8. Dificultades y Obstáculos en el Tratamiento: Identificamos y abordamos los desafíos que puedan surgir durante el proceso de tratamiento, como la falta de adherencia del paciente o la resistencia a ciertas intervenciones, buscando soluciones efectivas y colaborativas. Utilizamos estas dificultades como oportunidades para aprender y crecer como terapeutas, desarrollando estrategias innovadoras para superar los obstáculos en el tratamiento.

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